Domingo y lunes hemos estado por allí, hacia tiempo que no visitábamos ese trozo de roca gigante que tan buenos ratos nos hace pasar.
El domingo tranquilito, para matar la resaca de las barcas, le pegamos a un par de vías facilitas y a disfrutar.
Luego nos pusimos con algo un poquito más duro que nos costo un par de vuelos a cada uno y no conseguimos encadenar.
Así que el lunes venganza y a por ella otra vez.
El campeón de Abel se la crujió y el Pini y yo pues a pastar que no pudimos con ella, mucho miedo y poca vergüenza.
Pero lo importante es que pasamos la tarde a gusto en nuestra roca tan felices, con visita del colegon Diego y muchas risas.
Y sorpresa final, y alegron para mi y el bird-watcher que llevo dentro, pudimos disfrutar del vuelo de un aguila perdicera y ver como cazaba una culebra o un gardacho. Bonito animal clasificado como especie amenazada, que nos deleito con su vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario