miércoles, 27 de febrero de 2013

Nieve

  Las previsiones para el finde pasado estaban claras: frío, nieve y vientos, así que nuestros planes de subir a los Piris a probar los barrancos helados se vinieron abajo.

  Entonces estábamos mi amigo Jurgen y yo tomando un café y medio llorando por no poder hacer nada interesante el finde cuando a Carlos se le ocurrió la idea del siglo.

"He preparado unas estacas para nieve, nos vamos al Moncayo a probarlas??"
"Pos claro que si"
"¿Aunque caigan chuzos de punta?" 
"Pos claro que si"
  Somos muy parcos en palabras XD

  Pues hay estamos los dos descerebrados de madrugón dominguero a practicar progresión por corredores helados.

 Nos subimos al Moncayo y fuimos hacia la cuchara para luego desviarnos a la derecha del circo buscando la zona de rocas a ver si encontrábamos algún corredorcito, en la zona del gendarme.
Y allí estaba esperándonos, una rampa de unos 50-60º de hielo y nieve dura, cubierta por el polvo de la nevada que nos estaba cayendo encima.



  Así que nos vestimos para la batalla con arnés y crampones. Es la primera vez que me toca combinar estos "aparejos" así que estoy como un niño con juguetes nuevos.


  Con todo preparado nos dedicamos a realizar técnicas de progresión en nieve, montar reuniones con las estacas y piolet, hacemos varias tiradas de cuerda alternando el primero en abrir la vía, ensayamos caídas y montamos una cuerda fija para progresar con jumar.




  Un poco de todo para que no falte de nada. Lo importante es ver como funcionan las cosas con el hielo y la nieve, con lo bien que van los mosquetones en una hermosa tarde de primavera, es flipante lo que cuesta cuando están helados y llevas guantes.

  Mañanita disfrutona, con lo negro que lo pintaba el del tiempo nos respeto bastante el viento así que pudimos hacer más cosillas de las que llevábamos previstas y sobre todo con en mejores circunstancias de las que esperábamos encontrar y ademas nos llevamos aprendida una lección de manejar cuerda con frío y hielo que algún día nos vendrá bien.





viernes, 8 de febrero de 2013

Celebrando los 27 añitos

Ayer fue mi cumpleaños, 27 añitos ppppffffffffffff, como pasa el tiempo.

Lo normal en estos casos es celebrarlo cenando con la familia y amigos o pillarse una papa como un templo, servidor se decanto por un plan un poco más extraño.

La tarde anterior estaba por el campo y como siempre la vista se me desviaba a la silueta del Moncayo, nevado y con su boina de nubes. Así que se me paso por la cabeza la idea de subir a ver que tal le esta sentando el invierno a mi viejo amigo el Moncayo.
Solo había un pequeño hándicap, bueno varios, por un lado estoy solo, es difícil encontrar un descerebrado que un miércoles pueda escaparse al monte; veo el parte meteorológico y no es nada halagüeño; por último tengo que estar en Logroño a la 1 porque tengo clase.

Empiezo a echar cuentas y a hacer cabalas sobre a que hora salir, por donde subo, cuanto me va a costar..., vale sin problemas se puede hacer.

Como esta mal irse solo al monte, niños nunca lo hagáis, llamo a un amigo para contarle el plan de subida, ruta, horario y demás por si acaso pasa algo que sepa por donde buscarme. Yo como mi amigo el Bolotov siempre voy del lado de la seguridad en un estilo muy prudente.

Preparo los trastos y dejo la furgo cargada para no perder tiempo a la mañana siguiente y a dormir con ganas de aventura.

Seis menos cuarto de la mañana del día de mi vigésimo séptimo día del nombre y suena el despertador, es hora de prepararse para partir a Invernalia.

Paseito hasta el parking del santuario, prepara los bártulos, joder que viento hace, subo o no subo, venga que si, son las 7 y media y estoy listo para empezar a patear.
Es la hora a la que empieza a haber algo de luminosidad y como esta nevado se ve bastante bien, así que meto el frontal en la mochila, me aprieto los machos y pa´rriba.

No se que pasa cuando vas solo que siempre marcas un ritmo muy alto, así que casi sin darme cuenta termino el tramo de los pinos y me planto de frente al circo.
Salen los primeros rayos del Sol y me pillan en la boca del circo, precioso el juego de colores del amanecer al reflejarse sobre la nieve.


 El cielo esta completamente despejado y se ve como el viento arrastra la nieve en la cima y como se hacen remolinos por el circo. Parece que va  a tener razón el del tiempo y que el viento va a estar cachondito.
Así que gafas para el viento y al ataque. Sigo a ritmo majo por la senda antes de llegar a la pala fuerte con un par de viajes de "cuerpo a tierra" que se me lleva el viento.
La mezcla de nieve y piedras se convierte en hielo y el viento va a más. Ppppfffffffffffffffff se esta empezando a nublar en la cumbre que hago con mi vida, subo o me vuelvo al coche. Voy a ponerme los crampones y así
voy más seguro en la bajada. Bueno ya que me los he puesto, que cojones tira pa´rriba.


Palízón en la rampa final con el hielo muy duro pero poco a poco me planto en la cumbre. Viento insoportable y visibilidad cero, me voy de aquí que no dan nada bueno, me tiro a bajar por donde he subido. Mucho cuidado en el primer tramo donde la pendiente es más empinada y el hielo esta más duro que las rocas. Resbalón y pequeño susto, menos mal que las prácticas de auto-detención en las noches de borrachera con los tacones de Marina me han preparado para esto y para más XD.

 Bajando a toda leche porque tengo que llegar a clase, y me planto en el coche dos horas y cuarto después de haber salido, tiempo récord para mi.

Vamos Elías cámbiate de ropa, vístete como una persona medio normal que tienes que ir a clase. Y llego con margen de tiempo suficiente como para echarme un café y darme un paseo para terminar de cansar las piernas.

Es una manera un poco extraña de celebrar que se cumplen años, pero el año pasado ya lo hice con mi amigo Pinilla, en peores condiciones y con una historia graciosa que contar, y es el segundo año, así ya se puede considerar como una tradición, así que el año que viene espero poder celebrar los 28 en mi monte favorito.