martes, 7 de junio de 2011

ASCENSIÓN AL MONCAYO (By Chechu)

Como mola esto de tener amigos hasta en el infierno.
Aquí esta la subida al Moncayo por alguien que sabe que escribir no solo es juntar palabras, sino que ademas hay que hacerlo con gracia.
Este es el relato de don Chechu García.


El jueves por la tarde estaba yo en Madrid con los exámenes casi terminados cuando mi amigo Elías me escribió para proponerme un plan y sin saber cuál era ya le había dicho que por mi encantado, fue después cuando me dijo que el viernes por la mañana nos íbamos a subir el Moncayo el Pini, el Foro y yo mismo, la cosa prometía antes de empezar.

Y como todos los planes empiezan a las 8 de la mañana en la Tahona, porque ya que vamos a subir un monte, lo primero es calentar el cuerpo con un buen café. Así que con el cuerpo en funcionamiento nos pusimos en marcha a las faldas del Moncayo, que todo lo que sea faldas pues siempre atrae bastante y la cosa no tenía mala pinta, el día estaba claro y parecía que por fin íbamos a poder disfrutar de las vistas desde la cumbre.

Así que nos pusimos manos a la obra, aparcamos el coche y pasito a pasito empezamos el ascenso. Primera toma de contacto y primeras gotas de sudor, parecía que esta pareja tenía prisa por llegar arriba… la caminata iba viento en popa entre risas y alguna que otra tontería (pongo alguna que otra para que parezca algo serio, pero realmente lo que no faltó en todo el camino fueron tonterías y risas como se ve en los vídeos).

He de decir que da gusto ir al monte entre semana porque si vas el fin de semana cada vez se parece más a un centro comercial, pero el viernes poca gente se podía ver por los alrededores, aunque en la cumbre nos encontramos con una cuadrilla de valientes, jóvenes todos ellos, entre los cuatro que llegaron arriba nos dijeron que sumaban 300 años…de mayor yo quiero ser así.
Pues eso, que después de alguna que otra parada para tomar oxígeno, grabar vídeos y tocar la nieve, conseguimos llegar a la cima. Lo que me gusta de la montaña es que generalmente la gente que encuentras arriba suele ser bastante simpática y el grupo con el que coincidimos arriba no era una excepción. Compartimos anécdotas, dátiles y les enseñamos algo, que a pesar de su edad no sabían, ya que cuando estás arriba del todo jodido de frío no hay nada como un café bien calentito (gracias Foro por llevar tu super termo hasta arriba de café, que sería de nosotros sin ti).

De nuestra estancia en las alturas no voy a decir mucho, mejor ver los vídeos, que dicen que una imagen vale más que mil palabras y nosotros imágenes tenemos para aburrir, la verdad que cunde mucho ir al monte con esta compañía y además el tiempo nos acompañó ya que otras veces que hemos ido, hemos tenido que tocar chapa y volver porque no se podía parar por el frío el viento y la niebla, pero el viernes perdimos un poco de tiempo para disfrutar de las vistas y grabar material para el foro (insisto, los vídeos no tienen desperdicio).

Ya comenzamos el descenso y cuando bajamos la primera ladera…sorpresa, Elías había perdido las gafas arriba y claro, no se le ocurre otra cosa que subir corriendo, encontró las gafas pero perdió los pulmones, -tranquilo Elías seguro que te recuperas-. A mitad de descenso nuestro amigo Pinilla decidió que íbamos muy lentos y que deberíamos ganar tiempo haciendo otra modalidad de descenso y puso en práctica su famoso Piedroskí (patente en curso), próxima modalidad olímpica en Londres 2012.

Una vez de vuelta al campamento base entramos al refugio a reponer fuerzas y os puedo asegurar que recuperamos, unos huevos con papas y longaniza saben mucho mejor después de una buena caminata.

De vuelta al pueblo decir que nos encontramos con una vuelta motorista de la guardia civil que iba escoltada por ciclistas…y no se me ha ido la pinza, digo esto porque iban como 50 motoristas y unos 40 ciclistas…

Mención especial merece la famosa (y si no es famosa debería) cuesta de los Duendes (y si no se llama de los duendes debería) que es una cuesta que yendo para arriba va para abajo y viceversa, es decir, tu subes cuando bajas y bajas cuando subes. Para que quede más claro grabamos un vídeo con una explicación de por qué ocurre este raro fenómeno, nuestro amigo Borjamari también opina al respecto.

Bueno y por último decir que la escapada al Moncayo fue una bonita experiencia en buena compañía y espero que pronto tengamos en mente otro monte al que subir, porque ahora que llega el buen tiempo hay que aprovechar y disfrutar de la geografía de la zona.

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