Viaje relámpago al valle de Benasque

Voy con un poco de retraso en el blog, y voy a intentar ponerme al día.

Hace cosa de un mesecito nos hicimos un viaje para barranquear un poco a la zona de Benasque.

Pedro, el introductor del barranquismo en Rincón y para quien no tengo más que agradecimientos, nos comento que estaba en Campo de vacaciones con su familia, y que si le podíamos secuestrar un día para hacer unos barrancos.

Así que cogemos los bártulos y de cabeza para allí.

Viaje bien organizado, salir de Rincón un viernes a las 8 de la tarde, para dormir donde podamos, el sábado madrugona para hacer el Eriste IV a la mañana y el Barbaruens por la tarde.

Llegamos a Campo y nos encontramos con Pedro que nos había buscado sitio para dormir, un camping que no se ha llegado a estrenar y que esta abandonado. Así que sacos al suelo y a sobar.

Despertarnos con ganas y de cabeza al Eriste IV.

Barrancazo, este año lo hemos pillado con menos agua que el año pasado, así que por un lado da menos miedito, pero el tobogán pierde un poco, con más agua el agua te lleva flotando como un pelele, esta vez con menos agua se rebota por todas las rocas. Pero disfrutón disfrutón.

Salimos del Eriste y de camino para hacer el Barbaruens, comemos algo y nos juntamos con dos amigos de Pedro que se unen al equipo.

Pateada que te cagas de aproximación con 35ºC, y llegamos al barranquito.

Muy juguetón, facilete y deportivo, muchos saltitos, tobogancillos y estéticamente precioso.

Terminamos el barranco en el tobogán-lanzadera, que como va flojuelo de agua no da mucho de si, pero nos hacemos unas risas con los saltos de Pini y Hector que los tenemos a punto de ganar las olimpiadas en salto de plataforma de 10 metros.

Salir del barranco y vuelta a casa.

Resumen de la jornada 27 horas fuera de casa, 600 kilómetros, dos barrancos, muchas risas, buen rollo y muy a gusto.